jueves, 30 de septiembre de 2010

ADENOCARCINOMA URBANUS... uff!!!! algo así....

1 octubre 2010

En los últimos capítulos de House con sus irreverentes acciones pero atinados diagnósticos, me quedé pensando si tengo la capacidad de aportar un grano de arena a la ciencia, ayudando a definir una enfermedad que hasta el momento no conozco el nombre, pero que si conozco sus efectos dañinos sobre los ciudadanos y a la ciudad que habitan.

Considerando en principio que las alteraciones del buen funcionamiento de un organismo se considera "enfermedad" y entendiendo que la ciudad es un organismo debido a que se conforma de actividades y usos regidos por leyes necesarias para poder contar con una comunidad ordenada y habitable, debemos entender que una ciudad se enferma al momento de tener desorden, caos y problemas en su organización, habitabilidad, en su imagen, entre otros tantos problemas.

Al analizar la clasificación en la que puedo identificar la enfermedad de mi interés, descarto las enfermedades congénitas, venéreas e incluso las contagiosas, ya que no considero que se traiga al nacer, sea transmitida por un enfermo y mucho menos se generé por contacto sexual.

Por lo tanto considero que puede estar entre las enfermedades endémicas, funcionales, infecciosas y/o profesionales, por los siguientes motivos:

  • Endémica debido a que puede ser propia de un país o de una región;
  • Funcional debido a que estoy convencido a que es causada por el mal funcionamiento de un miembro del organismo;
  • Infecciosa debido a que es causada por microbios o parásitos, y por último;
  • Profesional debido a que es resultado del ejercicio de un trabajo.

Personas vulnerables y padecimientos comunes:
Algunos (por no decir la mayoría) senadores, diputados, gobernadores, alcaldes, regidores, servidores públicos y/o políticos de cualquier jerarquía, pero que cuentan con facultades o atribuciones y toman decisiones fatales en contra de las ciudades de las que tienen función, encargo o representación.

Síntomas comunes:
  • Presencia de compadrazgo y amiguismo con el alcalde, algún regidor, pariente, colega o padrino político, para recibir una encomienda en asuntos relacionados al desarrollo urbano, aunque no tenga el perfil adecuado, conocí casos como taxistas, terapeutas que de la noche a la mañana ya tenía funciones relevantes en temas urbanos; (sin ofender a tan dignas actividades que tienen conocimiento y dominio de antemano de como hacer su trabajo, sin duda también hay profesionistas que por su perfil debieron conocer el estudio y función de la ciudad, sin embargo no tienen idea del tema, el conocimiento en estas fechas no está garantizado en un título lamentablemente)
  • Reducción de la masa cerebral, lesión cerebral y/o pérdida de conocimiento (normalmente poco), en la cual el enfermo desconoce su función de velar por derechos de interés público;
  • Crecimiento anormal de sentimientos de poder, control e impunidad, generando satisfacción por saciar e incrementar dichos sentimientos;
  • Delirio de grandeza, inflamación de ego y padecimiento de saber todos los asuntos relacionados con la planeación y diseño de ciudad, aunque no comprenda que es ciudad;
  • Sordera y pérdida de conocimiento hacia ciudadanos, investigadores y profesionistas, que le notifican de los riesgos y problemas de la ciudad;
  • Infección a la propia moral y pérdida de ética;
  • Mirada fija hacia jugososo negocios basados en cambios de uso de suelo, omisión y violación al marco jurídico urbano;
  • Comezón en las manos, inquietud por posesión de ligas e inflamación de cuentas bancarias;
  • Ausencia de ideología, ideas o postulados propios sobre la ciudad; y
  • Parálisis en acciones para contar con un desarrollo urbano ordenado y sustentable.
Por lo anterior, tengo considerado que dicha enfermedad puede ser propia de nuestro país o de nuestra región, la causa del mal funcionamiento de un integrante de un organismo más completo y complejo como lo es la ciudad, llamarles microbios o parásitos creo que es un término que les queda corto, pero por el momento es aplicable para su descripción, y por último consider que es un mal presente en el ejercicio de la política o función pública de la ciudad.

De entrada le llamaría a esta enfermedad, idiotismo, sin embargo consideré la posibilidad que probablemente este vinculada con la epididimoorquitis (Inflamación dolorosa de un testículo y de su conducto epidídimo) al no encontrar explicación para cometer tales errores, solamente algo verdaderamente crítico que distraiga tu atención generaría resultados tan patéticos.

Sin embargo en mis conclusiones parciales he llegado a proponer por el momento el nombre de adenocarcinoma urbanus, en atención a la denominación genérica que alude a los tumores malignos, en este caso tumores malignos de la ciudad, tenemos que erradicarlos y prevenir que hagan de las suyas, aunque en ocasiones me da más coraje ver que no hacemos nada por su erradicación. ¿Qué miedo tienen al denunciar a estos parásitos?

Me voy a dormir, fue suficiente reflexión para esta noche.

lunes, 26 de julio de 2010

Espacio público

El impacto de profesionistas que intervienen en contra de la ciudad.

La formación de una cantidad considerable de arquitectos en la actualidad desafortundamente no está llena de virtudes como desearíamos una gran cantidad de ciudadanos, comprender la conformación del espacio urbano pareciera ser una habilidad desarrollada exclusivamente por un grupo selecto de arquitectos y/o urbanistas, es crítico el no querer ver o incluso el no dejar ver, la comprensión del desarrollo y estudio adecuado del impacto y responsabilidad de cada intervención que desarrolla cada arquitecto, peor aún existen arquitectos que no comprenden la importancia prioritaria y la dureza de esta crítica, desafortunadamente me ha tocado conocer una gran cantidad de arquitectos que consideran preponderamente del valor del objeto arquitectónico y la nula comprensión con su entorno, pareciera que cada proyecto arquitectónico se puede entender con un simple render, con un dibujo en un espacio sin contexto, con ausencia de su hábitat y por lo tanto sin fundamentos para comprender su impacto. Ojalá la comprensión del espacio, forma, orden y función de la arquitectura y su relación estrecha con la ciudad no sea mimetizada solamente por uno de estos factores, peor aún que se promueven políticas, inversiones públicas o privadas visualizadas sin esta integración necesaria.

Seguramente algo sucede, en su momento he tenido oportunidad de participar como catedrático de Arquitectura en diversas Universidades del Bajío Mexicano y en cada ocasión considero preparar sesiones que puedan dar elementos de utilidad para la práctica y el ejercicio profesional, pero esencialmente me interesa la formación de futuros arquitectos comprometidos, responsables con el diseño y construcción de nuestras ciudades, lamentablemente ver el interés y apatía, no solo de los nuevos arquitectos, en ocasiones por los mismos académicos generan una profunda preocupación.

Este tema me gustaría discutirlo con académicos, alumnos, así como con los pocos y verdaderos investigadores del fenómeno urbano en México, seguramente el problema es más complejo que una simple apreciación que en este momento estoy compartiendo. Así mismo reconozco la contraparte, que son los menos, me refiero a los pocos integrantes de la comunidad universitaria, investigadores comprometidos y alumnos específicos que mantienen ese interés en conocer y estudiar el fenómeno urbano. Como arquitecto reconozco que algo tenemos que hacer, desde culaquier frente en el que estemos colaborando, sin embargo es necesario revertir las omisiones que pudieran existir en el proceso de formación, iniciando por su reconocimiento.

Lo más delicado es el resultado del descuido de los "arquitectos o urbanistas", la cual se refleja en nuestra calidad de diseño y construcción de ciudades. Más arquitectos, más problemas en las ciudades, ¿Qué elemento de la fórmula está fallando?.

Doy la bienvenida al estudio y diseño con su entorno, al diseño humano y responsable con su ambiente, al diseño de una ciudad habitable.

Cierro este espacio reconociendo la existencia del ciudadano que en gran cantidad de ocasiones tiene una adecuada y mejor valoración del espacio que habita, con mayor sensibilidad y sin necesidad de tener título de arquitecto o urbanista, simplemente por ser usuario y comprender la función básica que tiene su espacio respecto a su entorno.

Comparto este video de Jan Gehl, recordando una triste anécdota que se dio en las últimas clases de la maestría en diseño urbano, en donde quedó completamente de manifiesto la existencia de académicos que aún no comprendían cuál era la virtud del espacio público y menos el gran marco teórico de soporte desarrollado en la actualidad. ¿Aún quieren vendernos espejitos por oro? ¿Cuándo tendremos la capacidad de reconocer errores y omisiones? El día que logremos reconocer errores tendremos la capacidad de mejorar la formación, continuando seguramente con la mejora del ejercicio profesional y subseceuntemente con una mejora en la intervención sobre la ciudad.

Este video si refleja un diseño adecuado del espacio público.

Espacio público

26 de Julio del 2010
León Guanajuato

¿Cómo iniciar este espacio virtual, al que considero relevante para exponer y compartir mi postura principalmente sobre la ciudad y sus diversas características que hay en ella para ser habitada adecuadamente?

Vincularé uno de los conceptos o el concepto más bello e importante del diseño urbano que me viene a la mente para articular este foro, invitaría a los interesados a considerar lo siguiente:

Imagina estar en un espacio que con tan solo estar un momento en él, te hace sentir una sensación de libertad garantizada, que te permite poder efectuar más de una profunda reflexión en tus temas de interés, de compartir una grata charla amigable que te invita a participar en su mejora del propio espacio, con gran armonía y respeto en el diálogo que permite el debate constructivo y la construcción de mejores ideas para una comunidad, estar en este espacio te puede dar un momento de paz, de votar por la utopía y vivir tus sueños que son de gran ayuda para mitigar el caos que cualquiera ciudadano podemos tener en un día cotidiano.

El gran alcance del concepto del espacio público del urbanismo, trasladado al mundo virtual, ¿es posibles que el espacio público virtual, pueda mantener el valor y carácter del espacio público físico?. Tengo elementos para emitir una respuesta pero serían insuficientes para defenderla con certeza, la respuesta la desconozco y espero comprobarla.

Bienvenidos a este mundo para ver y conocer una visión particular de comprender la realidad de nuestras ciudades.


Fabián Ozuna.