Soy de una generación, que me ha tocado convivir con el desarrollo de la tecnología y de la información que hay en ella, así como del impacto que genera en la vida cotidiana de la ciudadanía el bombardeo de contenidos expuestos.
El poder y la industria de los medios pareciera que es un mal necesario, cada vez hay más productos de mala calidad y son pocos, limitados, esporádicos o incluso nulos los contenidos de valor por oferta de medio.
Mi preocupación está en el impacto de la creciente información de mala calidad que llega a nuestra ciudadanía, que de por sí tiene una elevada vulnerabilidad al tener bajo nivel de estudios, de ingresos, limitadas oportunidades de acceso a la cultura y a la educación.
La modificación de sus hábitos, el cambio de prioridades banales sobre las vitales, la pérdida de identidad y la pérdida de la vida en comunidad, son fenómenos y casos de estudio.
Manifestar una opinión siempre tendrá un impacto, lamentablemente los medios como industria lo saben, y establecen un enfoque y una postura que lejos de informar a la ciudadanía, posicionan productos, empresas, políticos, etc. lo que mas les conviene a sus intereses.
No soy comunicador ni de profesión afín, al ser arquitecto veo la forma en que los medios, la información y su calidad son elementos que tienen impacto bueno o malo en el desarrollo responsable y sustentable de nuestras ciudades.
Colocaré 2 sencillos ejemplos:
1) La promoción de una construcción de la vialidad bicentenario en León, Guanajuato, acción no reconocida en los planes de la ciudad de largo plazo, acción ideal para representar la forma para no construir con un modelo de ciudad compacta, sustentable y humana, inversión con limitado beneficio social, gran monto del recurso público en acciones a favor del uso del automovil, promovida, presentada y comprometida políticamanete antes de iniciar con estudios de factibilidad.
2) La imposición de una reforma urbana denominada código reglamentario para el desarrollo urbano, misma que se hizo sin conocimiento y dominio responsable del tema. Su resultado un documento con más del 95% con el mismo contenido que el marco jurídico local urbano anterior.
Sus reformas con fracaso en su implementación. Su actualización dentro de un proceso de consulta sin representación ciudadana.
De estos 2 casos me pregunto lo siguiente: ¿Cómo un proyecto como el Blvd. Bicentenario no es discutido con transparencia y responsabilidad ante las instituciones públicas, la ciudadanía, las universidades, el observatorio urbano de león, los académicos, investigadores y demás sectores? ¿A caso con el silencio estamos dando un paso atrás en la forma en que debemos construir nuestra ciudad? o mejor aún ¿Qué actor y sector levanta la mano para apoyar esta acción y respaldarla? ¿La ciudadanía no tiene derecho a evaluar las acciones y políticas públicas?, ¿pareciera que el silencio es la única vía, nadie quiere decir la verdad o simplemente no quieren quedarse sin trabajo por miedo a represalias?, de ser lo último me preocuparía más por reconocer el entorno en el que nos encontramos. Del segundo caso del código reglamentario me preguntó ¿Una reforma urbana no es de interés del ciudadano común? ¿Piensan que creeremos que no hay formas, técnicas, herramientas o metodologías para abrir el proceso a la ciudadanía en pleno 2011?
Pareciera que prevalece un temor de decir las cosas por su nombre, el silencio es magnífico para acrecentar los errores, alguien me comentaba si yo estaba detrás de un grupo de facebook que se llama digamos no al código urbano, y la verdad no estoy en contra del código, estoy en contra de la forma en que se pretende actualizar, sin estudios y convocatoria responsable, con temor a que la ciudadanía opine, colocando una falsa idea de que es imposible abrir un proceso de este tipo, entre otras tantas cosas. Lo que sí creo es que toda acción pública no debe ser tratada como privada, de que la gobernanza debe fortalecerse para tratar los asuntos de nuestra comunidad con responsabilidad y transparencia. El Blvd. Bicentenario y el Código son acciones públicas.
Termino de responder que no estoy detrás de ese grupo de facebook, pero si estoy interesado en participar de forma analítica y propositiva en los espacios de opinión pública de forma responsable, creo que el respeto siempre será esencial.
Concluyo en que los medios actuales y la calidad de la información que ofrecen definitivamente determinan en el modelo de concebir nuestras ciudades, doy bienvenida a las nuevas propuestas y espero que se salga del silencio.