miércoles, 8 de febrero de 2012

Solo sé que no sé nada

9 de Febrero del 2012

El relato de Platón en la Apología de Sócrates establece:

...Este hombre, por una parte, cree que sabe algo, mientras que no sabe (nada). Por otra parte, yo, que igualmente no sé (nada), tampoco creo (saber algo).

Y ahora no sé que es la virtud; tú quizás lo sabías antes de hablar conmigo, pero ahora eres ciertamente igual a uno que no sabe...

El valor del pensamiento deriva en el conocimiento de la duda, mediante la admisión de la ignorancia propia.

En pleno 2012, me inspiro en retomar este planteamiento filosófico aplicado en la dinámica actual de nuestra sociedad y nuestras ciudades, reconozco que es un tema amplio para estudiar y comprendo que me resulta práctico exponerlo con el siguiente caso que denomino "La cuestión del desconocimiento de la administración de una ciudad", en donde la frase sintetizada de Platón: "Solo sé que no sé nada" la retomo como el discurso real que se interpreta al conocer la forma de actuar de una larga lista de actores y políticos que tienen atribuciones en la administración, planeación y gestión de ciudades latinoamericanas.

La política actual alimentada de discursos empobrecidos, de políticos preocupados e interesados en su mayoría por el poder mismo, comúnmente plagado con actores de grandes carencias en su formación académica y dudosa probidad, se vuelven el mayor peligro por su demagogia al exponer compromisos en campaña de proyectos inadecuados, poco viables, no reconocidos por los instrumentos de planeación y expuestos de forma irresponsable con argumentos aparentemente validos. Al gobernar son acciones que se van transformando en caprichos del político al tener su palabra comprometida con la sociedad que dio un voto por él, son acciones de dudoso valor efectivo a las necesidades de desarrollo.

El error más crítico es cuando aparecen políticos que sin tener la formación académica especializada, sin la asesoría requerida, tienen la supuesta certeza de saber todo lo necesario para administrar, planear, gestionar y hasta diseñar su ciudad, son los que normalmente creen que con las virtudes con las que nacieron, la iluminación propia que tienen y lo poco que han aprendido de la universidad de la vida, es suficiente para imaginarse que nadie tiene la capacidad de enseñarle algo más, creando ese sentimiento de superioridad y ego tan dañino para las ciudades.

Estos actores en ocasiones tienen la oportunidad de escuchar a diversas opiniones diferentes a las que el plantea, expuestas por especialistas, sin embargo por la superioridad que prevalece y cree de él mismo simplemente etiqueta las oportunidades de mejoramiento en simples acciones de supuesta mitigación, nunca de reconocimiento de algún error, acciones que promueven la generación de barreras y la limitación misma para realizar los ajustes necesarios en sus acciones.

Hay otro tipo de actores de gran daño al crecimiento desordenado de las ciudades, el que sabe y reconoce su ignorancia en el tema pero prefiere que nadie más lo sepa y tampoco decide buscar asesoría para su atención oportuna, estos actores a pesar de sus responsabilidades tiene serios problemas para decidir y actuar, llegando a generar procesos extensos en tiempo por la ausencia de conocimientos para calificar de forma responsable, oportuna y eficiente la actuación o solución de los casos que se le presenten de forma segura, responsable y legal. Son actores que normalmente han tenido actividades diversas al desarrollo urbano, no cuentan con el conocimiento y la asesoría mínima para su adecuada comprensión y atención de sus atribuciones.

La ignorancia entre actores que no saben nada y creen saber, o los actores que no saben nada y descuidan todo, generan siempre las condiciones para la activación de impactos por sus decisiones irresponsables, será de gran utilidad poder medir el daño a la sociedad y a las ciudades, los actos de los malos gobiernos identificados.

Desconozco si existe actualmente algún estudio que genere conocimiento sobre el desconocimiento de temas urbanos en los actores y funcionarios de los gobiernos actuales, así como de los impactos ocasionados por su vulnerabilidad o debilidad.

La virtud de la humildad para reconocer la ignorancia o falta de conocimiento para atender el tema de la administración, planeación, gestión y diseño de ciudades sustentables, competitivas y ordenadas, es fundamental para activar la reforma requerida en el proceso de mejoramiento ordenado de las ciudades.

El valor de escuchar y comprender es la base para activar las nuevas políticas de orden urbano, mediante el soporte de un órgano consultivo técnico de especialistas que representan el conocimiento del tema sin tintes políticos, así como la participación ciudadana efectiva, la cual aporta elementos de utilidad para conocer la percepción de la población sobre su ciudad, permite y facilita la comprensión de la lógica y dinámica urbana.

La cualidad del reconocimiento es el último eslabón que representa rebasar la barrera actual predominante, en donde la atención efectiva de las recomendaciones técnicas y ciudadanas se ven comprendidas y atendidas en las políticas, estrategias y acciones de desarrollo, mejoramiento y orden urbano.

Por lo tanto la adecuada gobernanza respetuosa y responsable entre sociedad y gobierno, la participación efectiva de la ciudadanía, la transparencia de información del gobierno, la observación colegiada en temas de interés público de la sociedad y su ciudad, el análisis de resultados, así como la evolución de atención y comportamiento del desarrollo soportado con un sistema de indicadores y los ajustes a las políticas, estrategias y acciones son parte necesaria para un proceso sano de mejora continua en el desarrollo de la comunidad y de la calidad de ciudad que se habita.

Maldita ignorancia que no permite comprender el impacto del inadecuado desarrollo, su impacto al entorno, el detrimento de nuestra calidad de vida y el valor del conocimiento requerido en su administración para un mejoramiento ordenado, responsable y sustentable.

El mayor problema se mantiene en que hay aún políticos que ni ellos saben que no saben nada, pero creen saberlo todo y siguen día a día actuando con omisiones, promoviendo el desorden, actuando de forma irresponsable y fuera de un modelo sustentable.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Futuro

Una importante cantidad de ciudades mexicanas cuentan con una riqueza histórica y diversidad cultural ligadas estrechamente al proceso evolutivo de las ciudades que actualmente habitamos.

La evolución de nuestras ciudades es un reflejo de la forma de vida de nuestras comunidades en el tiempo, las generaciones que fundaron las actuales ciudades, concibieron la atención a sus necesidades con relación directa al aprovechamiento del territorio en un momento determinado, sin visualizar el actual estilo de vida y la compleja realidad en la que hoy se han transformado.

Toda ciudad tiene en su estructura una jerarquía por el valor de sus espacios, así como las cicatrices de sus errores, espacios de valor o de error causados por las actividades, acciones u omisiones de la vida de la población.

En el presente es inimaginable tratar de concebir el futuro de nuestras ciudades sin comprender el pasado que originó sus actuales condiciones, o la efectividad del presente desarrollo sin evaluar la planeación establecida para el mismo.

La comprensión y valor del concepto de vida, aporta la sensibilidad necesaria para entender el espacio en donde se desarrollará la vida misma de todo ser humano, de su comunidad y de la relación respetuosa que tendrá con su entorno.

Hoy nació mi cuarto sobrino,, valoro más que nunca la virtud de la vida, pero también me pregunto sobre ¿qué calidad de ciudades le dejaré a la nueva generación?, ¿qué avance tendremos en el cambio de generación? espero con gusto que mi trabajo aporte a un mejor futuro posible y deseado para su generación. Nuestra historia la seguimos tejiendo a diario, la evolución de la ciudad seguirá y no puedo quedarme a observarla únicamente.

domingo, 6 de marzo de 2011

Información, valor y medios con enfoque de arquitecto

Domingo 6 de Marzo 2011.

Soy de una generación, que me ha tocado convivir con el desarrollo de la tecnología y de la información que hay en ella, así como del impacto que genera en la vida cotidiana de la ciudadanía el bombardeo de contenidos expuestos.

El poder y la industria de los medios pareciera que es un mal necesario, cada vez hay más productos de mala calidad y son pocos, limitados, esporádicos o incluso nulos los contenidos de valor por oferta de medio.

Mi preocupación está en el impacto de la creciente información de mala calidad que llega a nuestra ciudadanía, que de por sí tiene una elevada vulnerabilidad al tener bajo nivel de estudios, de ingresos, limitadas oportunidades de acceso a la cultura y a la educación.

La modificación de sus hábitos, el cambio de prioridades banales sobre las vitales, la pérdida de identidad y la pérdida de la vida en comunidad, son fenómenos y casos de estudio.

Manifestar una opinión siempre tendrá un impacto, lamentablemente los medios como industria lo saben, y establecen un enfoque y una postura que lejos de informar a la ciudadanía, posicionan productos, empresas, políticos, etc. lo que mas les conviene a sus intereses.

No soy comunicador ni de profesión afín, al ser arquitecto veo la forma en que los medios, la información y su calidad son elementos que tienen impacto bueno o malo en el desarrollo responsable y sustentable de nuestras ciudades.

Colocaré 2 sencillos ejemplos:

1) La promoción de una construcción de la vialidad bicentenario en León, Guanajuato, acción no reconocida en los planes de la ciudad de largo plazo, acción ideal para representar la forma para no construir con un modelo de ciudad compacta, sustentable y humana, inversión con limitado beneficio social, gran monto del recurso público en acciones a favor del uso del automovil, promovida, presentada y comprometida políticamanete antes de iniciar con estudios de factibilidad.

2) La imposición de una reforma urbana denominada código reglamentario para el desarrollo urbano, misma que se hizo sin conocimiento y dominio responsable del tema. Su resultado un documento con más del 95% con el mismo contenido que el marco jurídico local urbano anterior.
Sus reformas con fracaso en su implementación. Su actualización dentro de un proceso de consulta sin representación ciudadana.

De estos 2 casos me pregunto lo siguiente: ¿Cómo un proyecto como el Blvd. Bicentenario no es discutido con transparencia y responsabilidad ante las instituciones públicas, la ciudadanía, las universidades, el observatorio urbano de león, los académicos, investigadores y demás sectores? ¿A caso con el silencio estamos dando un paso atrás en la forma en que debemos construir nuestra ciudad? o mejor aún ¿Qué actor y sector levanta la mano para apoyar esta acción y respaldarla? ¿La ciudadanía no tiene derecho a evaluar las acciones y políticas públicas?, ¿pareciera que el silencio es la única vía, nadie quiere decir la verdad o simplemente no quieren quedarse sin trabajo por miedo a represalias?, de ser lo último me preocuparía más por reconocer el entorno en el que nos encontramos. Del segundo caso del código reglamentario me preguntó ¿Una reforma urbana no es de interés del ciudadano común? ¿Piensan que creeremos que no hay formas, técnicas, herramientas o metodologías para abrir el proceso a la ciudadanía en pleno 2011?

Pareciera que prevalece un temor de decir las cosas por su nombre, el silencio es magnífico para acrecentar los errores, alguien me comentaba si yo estaba detrás de un grupo de facebook que se llama digamos no al código urbano, y la verdad no estoy en contra del código, estoy en contra de la forma en que se pretende actualizar, sin estudios y convocatoria responsable, con temor a que la ciudadanía opine, colocando una falsa idea de que es imposible abrir un proceso de este tipo, entre otras tantas cosas. Lo que sí creo es que toda acción pública no debe ser tratada como privada, de que la gobernanza debe fortalecerse para tratar los asuntos de nuestra comunidad con responsabilidad y transparencia. El Blvd. Bicentenario y el Código son acciones públicas.

Termino de responder que no estoy detrás de ese grupo de facebook, pero si estoy interesado en participar de forma analítica y propositiva en los espacios de opinión pública de forma responsable, creo que el respeto siempre será esencial.

Concluyo en que los medios actuales y la calidad de la información que ofrecen definitivamente determinan en el modelo de concebir nuestras ciudades, doy bienvenida a las nuevas propuestas y espero que se salga del silencio.

jueves, 30 de septiembre de 2010

ADENOCARCINOMA URBANUS... uff!!!! algo así....

1 octubre 2010

En los últimos capítulos de House con sus irreverentes acciones pero atinados diagnósticos, me quedé pensando si tengo la capacidad de aportar un grano de arena a la ciencia, ayudando a definir una enfermedad que hasta el momento no conozco el nombre, pero que si conozco sus efectos dañinos sobre los ciudadanos y a la ciudad que habitan.

Considerando en principio que las alteraciones del buen funcionamiento de un organismo se considera "enfermedad" y entendiendo que la ciudad es un organismo debido a que se conforma de actividades y usos regidos por leyes necesarias para poder contar con una comunidad ordenada y habitable, debemos entender que una ciudad se enferma al momento de tener desorden, caos y problemas en su organización, habitabilidad, en su imagen, entre otros tantos problemas.

Al analizar la clasificación en la que puedo identificar la enfermedad de mi interés, descarto las enfermedades congénitas, venéreas e incluso las contagiosas, ya que no considero que se traiga al nacer, sea transmitida por un enfermo y mucho menos se generé por contacto sexual.

Por lo tanto considero que puede estar entre las enfermedades endémicas, funcionales, infecciosas y/o profesionales, por los siguientes motivos:

  • Endémica debido a que puede ser propia de un país o de una región;
  • Funcional debido a que estoy convencido a que es causada por el mal funcionamiento de un miembro del organismo;
  • Infecciosa debido a que es causada por microbios o parásitos, y por último;
  • Profesional debido a que es resultado del ejercicio de un trabajo.

Personas vulnerables y padecimientos comunes:
Algunos (por no decir la mayoría) senadores, diputados, gobernadores, alcaldes, regidores, servidores públicos y/o políticos de cualquier jerarquía, pero que cuentan con facultades o atribuciones y toman decisiones fatales en contra de las ciudades de las que tienen función, encargo o representación.

Síntomas comunes:
  • Presencia de compadrazgo y amiguismo con el alcalde, algún regidor, pariente, colega o padrino político, para recibir una encomienda en asuntos relacionados al desarrollo urbano, aunque no tenga el perfil adecuado, conocí casos como taxistas, terapeutas que de la noche a la mañana ya tenía funciones relevantes en temas urbanos; (sin ofender a tan dignas actividades que tienen conocimiento y dominio de antemano de como hacer su trabajo, sin duda también hay profesionistas que por su perfil debieron conocer el estudio y función de la ciudad, sin embargo no tienen idea del tema, el conocimiento en estas fechas no está garantizado en un título lamentablemente)
  • Reducción de la masa cerebral, lesión cerebral y/o pérdida de conocimiento (normalmente poco), en la cual el enfermo desconoce su función de velar por derechos de interés público;
  • Crecimiento anormal de sentimientos de poder, control e impunidad, generando satisfacción por saciar e incrementar dichos sentimientos;
  • Delirio de grandeza, inflamación de ego y padecimiento de saber todos los asuntos relacionados con la planeación y diseño de ciudad, aunque no comprenda que es ciudad;
  • Sordera y pérdida de conocimiento hacia ciudadanos, investigadores y profesionistas, que le notifican de los riesgos y problemas de la ciudad;
  • Infección a la propia moral y pérdida de ética;
  • Mirada fija hacia jugososo negocios basados en cambios de uso de suelo, omisión y violación al marco jurídico urbano;
  • Comezón en las manos, inquietud por posesión de ligas e inflamación de cuentas bancarias;
  • Ausencia de ideología, ideas o postulados propios sobre la ciudad; y
  • Parálisis en acciones para contar con un desarrollo urbano ordenado y sustentable.
Por lo anterior, tengo considerado que dicha enfermedad puede ser propia de nuestro país o de nuestra región, la causa del mal funcionamiento de un integrante de un organismo más completo y complejo como lo es la ciudad, llamarles microbios o parásitos creo que es un término que les queda corto, pero por el momento es aplicable para su descripción, y por último consider que es un mal presente en el ejercicio de la política o función pública de la ciudad.

De entrada le llamaría a esta enfermedad, idiotismo, sin embargo consideré la posibilidad que probablemente este vinculada con la epididimoorquitis (Inflamación dolorosa de un testículo y de su conducto epidídimo) al no encontrar explicación para cometer tales errores, solamente algo verdaderamente crítico que distraiga tu atención generaría resultados tan patéticos.

Sin embargo en mis conclusiones parciales he llegado a proponer por el momento el nombre de adenocarcinoma urbanus, en atención a la denominación genérica que alude a los tumores malignos, en este caso tumores malignos de la ciudad, tenemos que erradicarlos y prevenir que hagan de las suyas, aunque en ocasiones me da más coraje ver que no hacemos nada por su erradicación. ¿Qué miedo tienen al denunciar a estos parásitos?

Me voy a dormir, fue suficiente reflexión para esta noche.

lunes, 26 de julio de 2010

Espacio público

El impacto de profesionistas que intervienen en contra de la ciudad.

La formación de una cantidad considerable de arquitectos en la actualidad desafortundamente no está llena de virtudes como desearíamos una gran cantidad de ciudadanos, comprender la conformación del espacio urbano pareciera ser una habilidad desarrollada exclusivamente por un grupo selecto de arquitectos y/o urbanistas, es crítico el no querer ver o incluso el no dejar ver, la comprensión del desarrollo y estudio adecuado del impacto y responsabilidad de cada intervención que desarrolla cada arquitecto, peor aún existen arquitectos que no comprenden la importancia prioritaria y la dureza de esta crítica, desafortunadamente me ha tocado conocer una gran cantidad de arquitectos que consideran preponderamente del valor del objeto arquitectónico y la nula comprensión con su entorno, pareciera que cada proyecto arquitectónico se puede entender con un simple render, con un dibujo en un espacio sin contexto, con ausencia de su hábitat y por lo tanto sin fundamentos para comprender su impacto. Ojalá la comprensión del espacio, forma, orden y función de la arquitectura y su relación estrecha con la ciudad no sea mimetizada solamente por uno de estos factores, peor aún que se promueven políticas, inversiones públicas o privadas visualizadas sin esta integración necesaria.

Seguramente algo sucede, en su momento he tenido oportunidad de participar como catedrático de Arquitectura en diversas Universidades del Bajío Mexicano y en cada ocasión considero preparar sesiones que puedan dar elementos de utilidad para la práctica y el ejercicio profesional, pero esencialmente me interesa la formación de futuros arquitectos comprometidos, responsables con el diseño y construcción de nuestras ciudades, lamentablemente ver el interés y apatía, no solo de los nuevos arquitectos, en ocasiones por los mismos académicos generan una profunda preocupación.

Este tema me gustaría discutirlo con académicos, alumnos, así como con los pocos y verdaderos investigadores del fenómeno urbano en México, seguramente el problema es más complejo que una simple apreciación que en este momento estoy compartiendo. Así mismo reconozco la contraparte, que son los menos, me refiero a los pocos integrantes de la comunidad universitaria, investigadores comprometidos y alumnos específicos que mantienen ese interés en conocer y estudiar el fenómeno urbano. Como arquitecto reconozco que algo tenemos que hacer, desde culaquier frente en el que estemos colaborando, sin embargo es necesario revertir las omisiones que pudieran existir en el proceso de formación, iniciando por su reconocimiento.

Lo más delicado es el resultado del descuido de los "arquitectos o urbanistas", la cual se refleja en nuestra calidad de diseño y construcción de ciudades. Más arquitectos, más problemas en las ciudades, ¿Qué elemento de la fórmula está fallando?.

Doy la bienvenida al estudio y diseño con su entorno, al diseño humano y responsable con su ambiente, al diseño de una ciudad habitable.

Cierro este espacio reconociendo la existencia del ciudadano que en gran cantidad de ocasiones tiene una adecuada y mejor valoración del espacio que habita, con mayor sensibilidad y sin necesidad de tener título de arquitecto o urbanista, simplemente por ser usuario y comprender la función básica que tiene su espacio respecto a su entorno.

Comparto este video de Jan Gehl, recordando una triste anécdota que se dio en las últimas clases de la maestría en diseño urbano, en donde quedó completamente de manifiesto la existencia de académicos que aún no comprendían cuál era la virtud del espacio público y menos el gran marco teórico de soporte desarrollado en la actualidad. ¿Aún quieren vendernos espejitos por oro? ¿Cuándo tendremos la capacidad de reconocer errores y omisiones? El día que logremos reconocer errores tendremos la capacidad de mejorar la formación, continuando seguramente con la mejora del ejercicio profesional y subseceuntemente con una mejora en la intervención sobre la ciudad.

Este video si refleja un diseño adecuado del espacio público.

Espacio público

26 de Julio del 2010
León Guanajuato

¿Cómo iniciar este espacio virtual, al que considero relevante para exponer y compartir mi postura principalmente sobre la ciudad y sus diversas características que hay en ella para ser habitada adecuadamente?

Vincularé uno de los conceptos o el concepto más bello e importante del diseño urbano que me viene a la mente para articular este foro, invitaría a los interesados a considerar lo siguiente:

Imagina estar en un espacio que con tan solo estar un momento en él, te hace sentir una sensación de libertad garantizada, que te permite poder efectuar más de una profunda reflexión en tus temas de interés, de compartir una grata charla amigable que te invita a participar en su mejora del propio espacio, con gran armonía y respeto en el diálogo que permite el debate constructivo y la construcción de mejores ideas para una comunidad, estar en este espacio te puede dar un momento de paz, de votar por la utopía y vivir tus sueños que son de gran ayuda para mitigar el caos que cualquiera ciudadano podemos tener en un día cotidiano.

El gran alcance del concepto del espacio público del urbanismo, trasladado al mundo virtual, ¿es posibles que el espacio público virtual, pueda mantener el valor y carácter del espacio público físico?. Tengo elementos para emitir una respuesta pero serían insuficientes para defenderla con certeza, la respuesta la desconozco y espero comprobarla.

Bienvenidos a este mundo para ver y conocer una visión particular de comprender la realidad de nuestras ciudades.


Fabián Ozuna.